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Ven y te enseño a elevar tu autoestima

Amarse a uno mismo es hacernos cargo de cubrir nuestras necesidades por cuenta propia. En este artículo te enseñaré a elevar tu autoestima.

Cuanto más nos cuidemos menos vamos a depender de otros y por lo tanto menos frustración y enojo.
Esta es la base de una existencia saludable. Si no nos amamos a nosotros mismos ¿quién nos va a querer? ¿Qué tenemos para dar? ¿Y qué sería amarnos a nosotros mismos?
Cuidarnos, darnos el debido descanso, la alimentación adecuada, mimos, tiempo de relax, pensamientos positivos, aceptarnos, ser nuestro mejor amigo.
Lo que suele suceder es que depositamos en el afuera lo que no tenemos adentro. Esperamos que el amor venga desde los otros, la familia, la pareja, los amigos y así sentirnos valorados, queridos y completos. Pero en realidad es al revés, primero tenemos que llevarnos bien con nosotros mismos, aceptar nuestras luces y sombras para recién ahí conectarnos con otros desde las ganas de compartir lo que tenemos y no desde la necesidad.
Por otro lado, la cultura nos enseña que el amor hacia nosotros mismos es un acto de egoísmo, vanidad o narcisismo por eso es que nos cuesta tanto valorarnos y ver nuestras fortalezas.
Pero esta búsqueda está condenada al fracaso, pues es precisamente nuestra conexión interna lo único que falta en nuestra vida. Más allá del placer y la satisfacción temporal que nos proporcionan el éxito y la respetabilidad, así como el consumo y el entretenimiento, lo que en realidad necesitamos para ser felices ya se encuentra en nuestro corazón. Seamos honestos: ¿cuánto tiempo, dinero y energía dedicamos en conocernos, cuidarnos y mimarnos? ¿Cuándo fue la última vez que sentimos paz? ¿Qué hemos hecho recientemente para amarnos?
Emocionalmente hablando, solo podemos compartir con los demás aquello que primero hemos cultivado en nuestro corazón. Si no aprendemos a ser felices de forma autónoma e independiente, es imposible que podamos ser cómplices de la felicidad de las personas que nos rodean. No en vano, al vivir tiranizados por nuestras carencias, nos relacionamos desde la escasez, pendientes de que los demás nos den eso que no hemos sabido darnos. Por el contrario, al conectar con nuestra fuente interna de bienestar y dicha, entramos en la vida de los demás desde la abundancia, ofreciéndoles lo mejor de nosotros sin necesitar ni esperar nada a cambio.
Cuando tomamos el compromiso de amarnos, lo que en verdad estamos asumiendo es la responsabilidad de crear en nuestro interior los resultados de bienestar que antes solíamos delegar en factores externos. Y esto pasa por cuidar nuestro cuerpo y nuestra alimentación. También por encontrar un sano equilibrio entre la actividad, el descanso y la relajación. E incluso por elegir con quién nos relacionamos y a qué nos dedicamos profesionalmente. El síntoma más evidente de que estamos cultivando el amor hacia nosotros mismos es un aumento notable de nuestra energía vital, lo que mejora nuestra salud física y emocional.
Al adueñarnos de nuestros pensamientos nos convertimos en los creadores de nuestra experiencia interior. Es decir, de nuestras emociones, sentimientos y estados de ánimo. Y al adueñarnos de nuestra experiencia interior nos convertimos en los amos de nuestro destino. Se sabe que nos amamos cuando ningún comentario, hecho o situación provoca que reaccionemos mecánica e
instintivamente. Metafóricamente, a esta “libertad psicológica” también se la denomina “el poder de la divinidad”.
Cualquier proceso de aprendizaje, ya sea que haya alguien que nos guíe o no, implica primero recibir cierta información, que suele ser muy básica, y luego requiere de nosotros (¡y esta es la parte más importante!) perseverar en la práctica de lo que queremos aprender hasta finalmente incorporar las nuevas habilidades, hasta hacerlas permanentemente nuestras. De esta misma manera, como cuando practicamos y aprendemos cualquier otra cosa, también podemos aprender a deshacernos de las creencias equivocadas que nos impiden aceptarnos, apreciarnos y querernos tal como somos.
Tips para elevar tu autoestima:
- Dejar la Critica. De la crítica a la autovaloración. Crees que eres tú ego. El ego es un conjunto de creencias que te pasaron tus padres y círculo más cercano y lo creíste. Asumiste que eras eso que te dijeron que eras. Pero eso es solo una creencia y las creencias se pueden cambiar.
- Identificar los pensamientos de crítica y desaprobación dirigidos hacia nosotros mismos. No es conveniente tratar de controlar los propios pensamientos. En realidad, al intentarlo les damos más energía. Solo es necesario reconocerlos, para que dejen de circular por nuestra mente de manera mecánica o inconsciente, y comprender que son la expresión de las creencias negativas que tenemos respecto de nosotros. Al volverse conscientes, estos pensamientos pierden su efecto nocivo.
- Dejar de aceptar pasivamente los mensajes negativos que solemos tomar por ciertos es una gran liberación. Y es una excelente idea estar abiertos a todo lo bueno, a todo lo nuevo que la vida nos ofrece cada día. Inesperadas recompensas nos esperan al final de esos caminos alternativos que normalmente preferimos no recorrer.
- Si no te amas a ti mismo nunca podrás amar a alguien más. Si no puedes tratarte amorosamente no puedes tratar amorosamente a los demás. Es psicológicamente imposible.
- No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma.
- Creencias negativas. Recordar qué nos decían nuestros padres de niños que terminamos creyendo y nos lo repetimos una y otra vez. Qué tonto. Qué inútil. Nada me sale bien. Siempre me equivoco. Nadie me valora.
- Valora tus cualidades. Dejar de mirar solo lo malo y enfócate en lo bueno. Aprende a elevar tu autoestima.
- Espejo. Algo que nos molesta del otro es lo que me molesta de mí. Si nos queremos y aceptamos ya no nos molesta. Cuánto más alta es nuestra autoestima, menos nos van a molestar lo que digan o hagan los otros.
- La película “Sí señor” (“Di que sí”, en España) lleva esta idea hasta las últimas consecuencias. Su protagonista, Jim Carrey, es una persona negativa y aburrida que decide aceptar el desafío de comenzar a decir que sí a cualquier propuesta que se le haga, aunque íntimamente le parezca una locura. El resultado es que su vida se enriquece con todo tipo de nuevas experiencias.
- Reunir la mejor información. Siempre recomiendo los libros de Louise L. Hay, especialmente “Usted puede sanar su vida”. Es un libro sencillo, con ideas prácticas que pueden aplicarse inmediatamente. Si te gusta leer este es el mejor material y es muy fácil de conseguir (incluso puede encontrarse en Internet).
- Conviértete en la persona que quieres ser. Modifica lo que no te guste. Trabaja tu carácter y moldea tu forma de ser para crear la persona que realmente quieres ser.
- Dirige tus pensamientos. Tú y solo tú eres el dueño de tus pensamientos. Dueño de tu vida. Enfócate. Enfoca tu mente con pensamientos positivos.
- Deja de buscar aprobación. De depender de otros. Padres, amigos, pareja, superiores. Lo malo es que ellos no salen de su zona de confort y es por eso que quieren que vos permanezcas con ellos porque son ellos los que tienen miedo de salir. Les incomoda. Lo más fácil para ellos es intentar regresarte al nivel de ellos. No te apoyan. No eres lo suficientemente inteligente… etc. Al dejar que nos importe lo que piensen los otros para subir un nivel y tomar una decisión. El qué dirán. Pero nadie está pensando en ti. No somos tan importantes. Al contrario. Si empiezas a salir y te animas te van a terminar siguiendo y si te juzgan es más por sus propios miedos y limitaciones.
- No idealices a nadie. No cambies por querer parecerte a otra persona. Cada persona es diferente. Si lo haces dejar de ser tú mismo y el mayor potencial lo encontraras siendo tu mismo.
- Toma decisiones. ¿Qué tomas para ser feliz? Decisiones. Las barreras son mentales. Desafía tus propios límites.
- Sé independiente. No necesitas a nadie para lograr tu felicidad. Solo te necesitas a ti mismo. No dependas de nadie porque tú eres el centro de tu vida. No pongas a nadie en este lugar que solo te corresponde a ti.
- Suelta. No te aferres a nada ni a nadie.
- Abandona la zona de confort. Lo conocido. Los hábitos. La mente quiere seguridad para sentirse a salvo. Afuera hay un mundo que genera miedo.
- Confianza y respeto por ti mismo. Considérate merecedor. Yo voy a confiar cada vez más en mí mismo.
- De los errores se aprende. Me amo y me respeto. Voy a cuidar todo lo que entra en mi cuerpo y en mi mente y en mi espíritu. Vivo con responsabilidad y trabajo para lograr mis metas. Es necesario fracasar varias veces para tener éxito.
- Toma las riendas de tu propia vida. Ve a donde quieras ir. Cursos, clases, gimnasio. Amigos, libros... etc.
- Enfrenta los desafíos.
- Aprende de los errores. No tengas miedo a equivocarte. Nos enriquecen.
- Practica nuevos comportamientos. Puedes cambiar. Tú no te portas igual con tu padre o tus amigos. Ya lo estás haciendo así que puedes moldearte como quieras. Para el tímido sale a hablar. El que habla siempre se va a callar. Pueden llegar más allá de donde haya soñado.
- No te exijas en exceso. Puede convertirse en obsesión o frustrante. Metas demasiadas altas.
- Sé Agradecido. Desarrollar una actitud general de gratitud por todo lo bueno que tenemos, por cada aspecto de nuestra vida que funciona bien, por cada rasgo positivo de nuestra personalidad, por cada uno de nuestros talentos. Dedicar tiempo a apreciar nuestros aspectos positivos y los de nuestra realidad. En la medida en que vayamos practicando este ejercicio iremos descubriendo cada vez más razones para sentirnos agradecidos.
- Purificación de nuestro cuerpo y energía para reducir la ansiedad, el estrés y la enfermedad que viene a partir de las relaciones tóxicas.
- Construir afirmaciones que ratifiquen nuestro amor propio, que nos merecemos amor verdadero y que la relación perfecta para nosotros ya existe – solo tenemos que limpiar el camino para que llegue a nosotros.

por Lic. Marcela Sejas

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