Aquellas personas que tienen las Pléyades como lugar de origen álmico son sensibles, amorosas y amables. Poseen un profundo y perdurable deseo de paz y felicidad para todos. Si le preguntáramos a un alma pleyadiana “¿qué es lo que más deseas en esta vida?”, su respuesta probablemente sería “ser feliz”. Los pleyadianos tienen una energía suave y agradable que atrae a los demás.
Ellos son emotivos y amorosos, pero tienden a reprimirse mucho debido a su deseo de complacer a los otros. Son muy sensibles y reaccionan rápidamente a las críticas. También tienden a sacrificar sus necesidades y deseos mientras intentan agradar a los demás. Esto puede causarles un resentimiento interior. En lugar de expresar resentimiento o ira abiertamente, las almas pleyadianas pueden usar un comportamiento pasivo-agresivo con la esperanza de que sus sentimientos sean reconocidos y tenidos en cuenta sin necesidad de discutir. Así que deben aprender a darse cuenta de que aquellos a quienes buscan agradar normalmente preferirían escuchar sus sentimientos y necesidades. Estas almas pueden ponerse enfermas en situaciones en las que hay ira, tensión o discusiones, ya que absorben las emociones de los demás en un esfuerzo inconsciente de mediar y suavizar dicha situación. La tendencia a reprimir sus propias emociones, así como las emociones que absorben de los otros, pueden formar bloqueos energéticos si no son liberadas en un determinado periodo de tiempo. Esto, a la larga, puede dar lugar a enfermedades físicas.
Una gran parte de la experiencia de aprendizaje para las almas pleyadianas consiste en permitir que los demás experimenten lo que han elegido, sin implicarse emocionalmente. Así aprenderán a ser conscientes de su deseo de hacer felices a los demás y se darán cuenta de que uno solo puede ser responsable de sí mismo, de su crecimiento y su aprendizaje. Estas almas deben aprender que no pueden decidir cuándo deben ser felices los demás o qué necesitan para serlo, y en lugar de ello deben enfocarse en crear su propia felicidad. Cuando se responsabilizan verdaderamente de sí mismas y de su felicidad personal, pueden florecer y su cuerpo físico responderá con brillo.
Las almas pleyadianas deben trabajar para desarrollar habilidades comunicativas a nivel tridimensional, así como en su autoestima. Es muy importante para ellas recuperar su poder personal, aprender a comunicarse libremente y hacerse fuertes desde su interior. En ocasiones, los demás pueden tener la impresión de que estas almas son demasiado reservadas y distantes. Esto se debe a su tendencia a juzgar sus propios pensamientos hasta el punto de no compartirlos, así como a los problemas de autoestima que muchas de ellas tienen. A menudo sienten que no vale la pena compartir sus opiniones y por tanto deben trabajar también en esta área.
Quienes proceden de las Pléyades también pueden desarrollar determinadas actitudes de escape temporal de la realidad, así como formas muy negativas de fomentar su confianza y habilidad comunicativa. Esto puede desembocar en coqueteos con las drogas y las bebidas alcohólicas, en la creación de dramas sexuales o románticos, o simplemente en escapar a otras realidades mediante la lectura, la televisión o las películas.
Las almas pleyadianas se liberan mediante el llanto. Debido a su tendencia a reprimir las emociones, esto puede alcanzar un punto en que se hace imperiosa dicha liberación. El resultado de todo ello es ponerse a llorar en situaciones corrientes, lo cual podría parecer una reacción desmesurada. Pero realmente se trata de una liberación que va más allá de la situación concreta actual. Como consecuencia de los problemas en la comunicación, muchas de estas almas experimentan varios tipos de liberación en el área del chakra de la garganta, como el llanto. Esto también podría dar lugar a problemas físicos relacionados con la dificultad al hablar: ronquera, tos u opresión en el chakra de la garganta. Todo ello dejará de ocurrir cuando la confianza y la comunicación de las emociones y necesidades sean aprendidas y usadas en la vida diaria. Esto puede usarse como una señal que nos incite a mirar en nuestro interior y a reflexionar sobre aquello que no estamos comunicando y debe salir afuera.
Las almas pleyadianas son muy fuertes en lo que respecta a la fe y la confianza. Ellas tienen una enorme comprensión de su propósito desde la niñez, una sensación de conexión con Dios, de propósito y de plan, incluso en sus horas más oscuras. Existe en ellas un deseo interior de buscar respuestas espirituales y de descubrir su conexión con la Fuerza divina. Cuando empiezan a buscar y aprender, el crecimiento comienza. Asimismo, cuando empiezan a ser conscientes de su conexión con Dios y a amarse a sí mismas como los perfectos seres que son, muchos de los antiguos sentimientos, emociones y dudas se desvanecen.