Solo tenemos momentos para vivir:
Consiste en el proceso de observar expresamente cuerpo y mente, de permitir que nuestras experiencias se vayan desplegando de momento en momento y de aceptarlas como son. No implica rechazar las ideas ni intentar fijarlas ni suprimirlas ni controlar nada en absoluto que no sea el enfoque y la dirección de la atención. La atención plena no implica intentar ir a ningún sitio ni sentir algo especial, sino que entraña el que nos permitamos a nosotros mismos estar donde ya estamos familiarizados mas con nuestras propias experiencias presentes un momento tras otro.”
El cultivo intencionado de la aceptación: ver las cosas tal cual son
La práctica de Mindfulness no es un proceso pasivo. Requiere mucha energía y esfuerzo para regular nuestra atención y permanecer genuinamente tranquilos sin reaccionar. La aceptación en este contexto significa ver las cosas tal cual son en el presente. Pasamos muchos momentos de nuestros días negándonos a lo que ya constituye un hecho y resistiéndonos a el. Esto genera más tensión e impide que se produzcan cambios positivos… Tenemos que poder aceptarnos tal como somos antes de que en realidad podamos cambiar. Mediante el cultivo intencionado de la aceptación, creamos las condiciones previas a la sanación”.
¿Todos pueden meditar?
Me hacen mucho esta pregunta. Supongo que las personas preguntan porque piensan que probablemente todos pueden meditar, menos ellos. Quieren asegurarse de que no son los únicos, de que existen otros con los que pueden identificarse, almas desafortunadas que nacieron incapaces de meditar. Pero no es tan simple.
Pensar que uno no puede meditar sería como pensar que no puede respirar, concentrarse o relajarse. Casi todos pueden respirar sin dificultad. Y, bajo las circunstancias adecuadas, casi todos pueden concentrarse y relajarse.
A menudo se confunde la meditación con la relajación u otro estado especial que se tiene que alcanzar o sentir. Después de una o dos veces de haber intentado y no haber sentido ni llegado a nada especial, uno piensa que es uno de los que no pueden hacerlo.
Pero la meditación no consiste en sentir de una cierta manera. No consiste en poner la mente en blanco o detener el flujo del pensamiento, si bien esto último puede cultivarse en forma sistemática y profundizarse con la meditación. Sobre todo, la meditación consiste en dejar la mente tal cual está, al tiempo que se sabe algo acerca de cómo está en ese momento. No se trata de “viajar” con la mente, sino de permitir que uno esté donde realmente está. Si uno no comprende esto, pensará que no tiene la capacidad física para poder meditar. Pero, estas no son más que ideas y, en este caso, ideas equivocadas.
Es cierto, para seguir adelante con la meditación sí se requiere energía y compromiso. Entonces, ¿no sería más preciso decir “No voy a seguir con esto” en lugar de “Yo no puedo hacerlo?”, Cualquiera puede sentarse y prestar atención a la respiración o a la mente. Pero tampoco se necesita estar sentado. Vale lo mismo caminar, recostarse, correr o tomar un baño.
Sin embargo, para mantener la concentración incluso por sólo cinco minutos se requiere intencionalidad. Para convertirlo en parte de tu vida requiere cierta disciplina. Por lo tanto, cuando alguien dice que no puede meditar, lo que en verdad quiere decir es que no va a hacer tiempo para ello o que, cuando intenta meditar, no le gusta lo que sucede. No es algo que busque o desee; no satisface sus expectativas. Entonces quizás debería tratar de olvidarse de sus expectativas y limitarse a observar.”
Fuente: Sociedad Mindfulness y Salud